Con unos excelentes diálogos cotidianos basados en improvisaciones, y tras largas y divertidas charlas de análisis de cada escena y compresión de los personajes y sus circunstancias,  nos pusimos a ensayar  sin  saber  bien  si  el  método de trabajo de Lynn podríamos llevarlo a cabo. A través de la improvisación fuimos buscando a Nico, Iris y Estela. Pero no bastaba solo con eso. Fuimos adaptando el diálogo a los actores para que fuese todo más real, hasta llegar a ver a tres personas reales sobre el escenario. Álvaro Doñate, Beatriz Manrique de Lara y Ana Gete fueron, poco a poco , dejando atrás las réplicas recortables de cartón, dando paso a estos tres vulnerables personajes reconocibles, cada vez más, como personas reales en los ensayos. La naturalidad en las expresiones y reacciones, la complicidad y química de los actores, partiendo de un trabajo minucioso, al detalle y observando la creación desde lo minúsculo,  básico y pequeñito del ser humano, fue saliendo todo con fluidez. Todo gracias a este talentoso, apasionado e inteligente elenco con el que he tenido la suerte de trabajar.